jueves, 28 de octubre de 2010

¿Por qué es importante rezar?

Una vez presencié una conversación en la que un ateo preguntaba a otro que no lo era que para qué servía rezar. Lástima que llegué tarde a ese debate y no pude intervenir.

Rezar, la oración, es hablar con Dios. Dios es Padre, nuestro Padre. Luego rezar es hablar con nuestro Padre. Así debería bastarnos para entender por qué es importante para un católico la oración.

La oración es el hilo directo con Dios. Es una búsqueda, y encuentro, con Dios. No deja de ser una invitación que el propio Dios nos hace a entablar un diágolo de amor con Él. ¿Cómo rehusar tal invitación? ¿Quién en su sano juicio querría decirle a su padre que no desea hablar con él?

La oración no es un ejercicio de reflexión personal, ni de meditación oriental, no es nada de eso. Es un verdadero diálogo con Dios. Y ¿cómo no va a ser importante hablar con nuestro Padre? Y a la hora de hablar, es preciso hacerlo con el corazón. Y no sólo se reza para pedir favores, fundamentalmente la oración debe ser una apertura de nuestros sentimientos hacia Dios, que como Padre, aún ya sabiendo todo lo que nos pasa, le agrada que así lo hagamos.

La oración es un pilar importante en la vida de un cristiano, de un católico. Porque la oración es ir conociendo más y mejor a Cristo. Es ir entablando un sincero y verdadero trato con Él. Es crecer en el amor a Dios.